La noche se había hecho larga,
desvelado, nervioso, sin apenas dormir, miraba constantemente el despertador
que amenazante casi marcaba ya la hora de levantarse, para como cada amanecer
seguir el ritual del comienzo de un nuevo día y acudir seguidamente a su
trabajo; había pasado la mayor parte de la noche en vela, casi sin moverse para
no molestarla y que pudiera dormir tranquilamente; la había observado en varias ocasiones y le
había dado la impresión de que tampoco estaba durmiendo muy bien pero aún así
se mantenía quieto, como haciéndose el dormido.
Su
mente volaba constantemente....... a lo
largo del día la llamaré, quiero oír su
voz antes de verla ..... la soñaba, la deseaba, solo imaginarla con sus zapatos
de tacón, su minifalda, su pelo rizado .... no podía más y cuando mayor era el
grado de excitación, el sonido del despertador le volvía a la realidad diaria.
Sentado ya en la cama para levantarse, dedicó a su mujer una pícara mirada y un
cálido beso.
--Buenos
días cariño, ¿qué tal has dormido hoy?.
--He
dormido fenomenal, casi toda la noche de un tirón le había contestado casi sin
mirarle, para que no viera el gesto de su cara y las ojeras que tenía al haber
pasado también la noche casi en vela.
Los
dos mentían y lo sabían, pero preferían ocultarlo, no darse explicaciones y
comenzar el día lo antes posible.
--Voy
a darme prisa en asearme y desayunar que
se me acerca la hora de ir al trabajo, por cierto, no sé a qué hora llegaré
hoy, se me olvidó decirte que me han puesto una reunión comercial a última hora
y creo que tardaré, te llamo después porque no sé si tendré que tomar algo con
los jefes y los compañeros, a ver si puedo librarme.
--Vale
cielo no te preocupes ya sabes tengo que hacer algunas cosas y estaré bastante
entretenida, te espero impaciente le
contestó ahora sí manteniéndole firmemente la mirada y haciéndole saber lo que
esperaba de él.
El
día podía haber transcurrido como cualquier otro, pero no había sido así, era
un día especial, único, su mente seguía volando, su imaginación se desbordaba
constantemente, sólo quería ya verla y estrecharla entre sus brazos y pasar
unos momentos inolvidables; no poda más
y marcó su teléfono .....
--Hola
Ana María, mi vida, salgo ya, en diez minutos estoy allí, la dice con una
timidez que hacía tiempo que no notaba.
Al
otro lado del teléfono una voz cálida, dulce y susurrante le contesta decidida.
--Sergio
cariño te estoy esperando como tú sabes, te quiero no tardes.
Oír
en ese momento su voz insinuante diciéndole de esa forma que le amaba fue la
gota que colmó el vaso, casi le da un infarto, su corazón latía a una velocidad
que casi le asustaba, salió del trabajo y aún en su coche seguía absorto en sus
pensamientos, no paraba de pensar como la encontraría, como estaría vestida,
como .... todo eran preguntas, todo imaginación
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No
hubo palabras, solo miradas, caricias, deseo, sensualidad; temblorosos se
recorrieron con la mirada, se abrazaron
emocionados y sus labios se fundieron en un beso cálido y húmedo, eterno; nunca
habían podido imaginar que volverían a sentir esas sensaciones de antaño que la
rutina había ido apagando poco a poco. La música de fondo, romántica, que Ana
María había elegido les hacía bailar en un sinfín de sensaciones; a un lado
quedó la mesa para la cena, con las velas encendidas, que con tanto cariño había preparado. Se
dirigieron a su habitación que tan bien conocían y dando rienda suelta a su
pasión, como dos amantes, explorándose el uno al otro nuevamente como si no se
hubieran visto nunca se entregaron y se amaron . . . . .
--Feliz
aniversario cariño mío, no pienso volver a esperar veinticinco años de
matrimonio para amarte así.
--Hago
mías tus palabras, te quiero, ha sido un aniversario y un final de día
inolvidable.
Su
sueño hecho realidad fue el regalo de
aniversario, así lo habían planeado
juntos. Abrazados y felices se durmieron plácidamente, siempre vigilados por el
despertador que al cabo de unas horas les devolvería a la realidad diaria, pero
eso sí, con la promesa de irse renovando
día a día, de imaginarse, de soñarse .......
Imaginar y soñar, dos cualidades que
seguramente proporcionen la mayor aventura
a nuestro conocimiento y a nuestra felicidad
y formen la parte, quizás mas activa, como
el título de éste blog dice, de la gran aventura
de nuestra vida.
Luis García, (luissierra59) , Abril 2012
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