jueves, 30 de agosto de 2012

DE NIÑA A PRINCESA


A MI NIÑA, NUESTRA NIÑA, HOY TU PRINCESA.

Hoy que la felicidad se enreda en tu pelo,
hoy  que eres la princesa del cuento,
la Dama Blanca y Radiante,
vestida con flores, mecida por el viento.

Hoy, ayer y desde siempre,
que engrandeces nuestra vida,
que eres lo mas grande
que el Padre nos ha permitido crear.

Eres nuestra niña, aquella locura inquieta,
aquella explosión de inquietudes,
la que al descuidarse un poco
todo se comía a su paso,
la de la orejita, pegada con esparadrapo.

Aquella que con su llanto
se abría paso en el tiempo,
que al reclinar su cabeza en mi hombro,
daba palmaditas en mi espalda,
sintiéndome el rey del universo.

Aquella, vestida de brujita, payaso y caperucita,
con esa mirada pícara, traviesa,
con esa mirada dulce y alegre, de Princesa.

Nuestros recuerdos, a veces tan intensos
desde tu niñez hasta hoy,
rememorados éstos días despacio,
a través de tantas fotografías,
son a la vez tan densos, tan extensos . . . . .

Verte nuevamente tan pequeña dormida,
enganchada a tus muñecos
y a tu fiel y desgastado conejo;
volver al recuerdo de tus miedos y tus nervios
cuando al Rey Mago de acercabas,
o la maravillosa visión de verte bailar
al toque de las palmas,
de tu dicharachero, alegre y chistoso abuelo;
o vestida de sevillana
con un arte que no se podía aguantar;
o los primeros pasos de tu niñez
al lado de tus primas,
aunque esa preciosa andadura
corrió mas paralela a Tania
que a la posterior llegada de Laura;
o aquellos cumpleaños en casa
rodeada de mami, papi, abuelos, tíos y amigos,                         
aquella reunión anual
en la que siempre terminabas soplando las velas
de la tarta de la pastelería de Cristóbal;
o aquellos recuerdos con un Ángel
en la playa de Benidorm;
o aquellos días tan intensos de rítmica,
tantos y tantos recuerdos, que pienso,
que pensaba en aquel momento,
te prohibiría crecer, pero no puedo,
y sin embargo al crecer
y verte aquí, ahora, al lado de Pedro,
has hecho que en nosotros se cumplan,
la gran mayoría de nuestros deseos,
y hoy, ayer y desde siempre,
tu que eres mi niña, nuestra niña,
hoy tenemos la gran fortuna, la gran sorpresa,
de que de tu brazo, Pedro
nuestra niña, se ha convertido en Princesa.


18 de Agosto de 2012